martes, 25 de diciembre de 2007

25

Como única compañía Coco.
Pobre fiel. Que mal pagada su amistad.
Ambos vivimos estos días en extraña quietud. Pero exaltados. Quizá por sabernos lejos y solos en días de estar acompañados. Sabemos que no es la primera vez. Los dos vivimos esto muchas veces. El uno con el otro. Solos los dos. Luego no estabamos tan solos. Sólo lejos.
Es cierto que no nos importa demasiado, pero es esa parte contaminada la que pide un poco de atención. La que quisiera participar de esa feria, la que nunca habla con nadie, sólo conmigo, y con Coco. La que está encerrada y no dejo que vea la luz. Es mi esclava, y no tengo pensado por el momento libertarla. está bien donde está, ella se lo buscó.
Días de tormentas. Víspera de resplandores.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanto sabe Coco...

Antonio Alonso dijo...

Qué alegría tu voz conocida en esta amplitud...